domingo, 7 de noviembre de 2010

Huyendo de una realidad muy gris, el poeta se solaza imaginando que se encamina al parnaso, al final de una ilustre hilera, y nos describe a los que van delante

Benedetti afrutado, Valle Inclán
rabieta azul, quimera De La Barca,
Valente etérea lágrima, Petrarca
visionario, recóndito Celan,

Cervantes tan chafaina, perillán
alto Quevedo, horizontal jerarca
Onetti, agitación gama ojizarca
Neruda, Lope intrépido galán,

endiablado Donoso, el gran Vallejo
enigmático, lúdico Salinas,
de algodón Eluard, dios sibilino

Cortázar, Góngora clarín reflejo,
Gioconda y Sylvia mórbidas, felinas;
oceánico Joyce, Dante divino.

© Los sonetistas del bosque. Noviembre 2010.

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